DIOS QUIERE AYUDARNOS (C.B.)
Dios
creó el mundo y se lo entregó a Adán y Eva para que lo cuidaran y conservaran
para que lo pudiéramos disfrutar las generaciones futuras, pero debido a que Adán
y Eva se dejaron tentar y cayeron en el pecado, los hombres y mujeres tenemos
cierta tendencia hacia el pecado.
EL ARCA DE NOÉ
Los hombres y mujeres llegaron a exasperar y enfadar tanto a Dios con su mal comportamiento, que decidió hacer borrón y cuenta nueva: enviaría un gran diluvio que hiciese desaparecer todo lo que había en la tierra.
Sólo había un hombre bueno, justo y honrado, era Noé y Dios decidió salvarle a él y a su familia. Dios habló con Noé y le dijo lo que iba a pasar y lo que debía hacer para salvarse con su familia: debería construir un arca, un gran barco, siguiendo las instrucciones de Dios y allí viajarían a salvo del diluvio Noé, su familia y una pareja de animales de cada especie.
Noé obedeció a Dios y construyó el gran barco en medio de un prado, mientras que sus vecinos se reían de él. Cuando terminó la construcción del arca, entraron en ella Noé, su familia y los animales. Cuando cerraron el arca, Dios hizo que comenzara a llover cada vez con más fuerza, hasta que las aguas cubrieron hasta las montañas más altas. Llovió durante 40 días y 40 noches sin parar. Noé envió primero un cuervo y más tarde una paloma para que le avisaran si el agua ya no cubría la tierra. La paloma volvió con una ramita de olivo y Noé abrió la puerta del arca para que salieran de ella todos los animales. Estaban sobre el monte Ararat, que significa “montaña de fuego”, pues se trata de un volcán.
Dios hizo aparecer un gran arco iris en el cielo, como signo de su amistad y les prometió que nunca más enviaría otro diluvio a la tierra.
Noé y su familia dieron gracias a Dios y se dispersaron por toda la tierra.
DIOS NUNCA NOS
ABANDONA
Al
pecado que hicieron Adán y Eva se le llama pecado
original porque se realizó en el origen de la humanidad, es esa tendencia
que todos tenemos hacia el pecado y nacemos con él.
Pero
Dios es un Padre bueno que siempre espera, escucha y perdona, porque su amor no
tiene límites ni condiciones.
Después
de expulsar a Adán y Eva del Jardín del Edén, prometió enviar a un Mesías. Y mientras
ese Mesías llegaba, dio los Diez Mandamientos a Moisés, que son diez normas
para ser felices y hacer felices a los demás.
Nos
perdona a través de la Iglesia, por medio de los sacerdotes.
CON DIOS VENCEMOS
EL MAL
Dios
nos creó por amor, para que fuéramos felices y cuidásemos de su obra, pero
también nos hizo libres, nos dio el libre albedrío, para que nosotros eligiéramos
hacer el bien o el mal, para que le amemos y amemos a los demás, o para que le
rechacemos a él, al amor y a los demás.
Existe
una leyenda siux que nos lo explica, se llama: “Lobo blanco, lobo negro”.
LA PROMESA DEL
MESÍAS
Desde el momento en que Adán
y Eva desobedecen a Dios y el pecado entra en el mundo, Dios promete enviar un
Mesías que salvará a su pueblo del pecado.
Durante
toda la historia del pueblo de Israel y, por lo tanto, de los cristianos, Dios
va recordando la llegada del Mesías prometido a través de los profetas.
Ese
Mesías prometido es Jesús. El Ángel Gabriel le anuncia su llegada nada más y
nada menos que a María, su madre.
LAS TENTACIONES
Adán y
Eva fueron tentados por la serpiente, que realmente era el mismísimo demonio,
el Padre de las mentiras, y cayeron, engañados por ella, en el pecado, al
desobedecer a Dios.
Pero,
¿qué son las tentaciones? Son pruebas que nos llevan a pecar y a alejarnos de
Dios. Nosotros debemos rechazarlas y superarlas. ¿Cómo? Confiando en Dios, que
siempre está con nosotros y en Jesús, que nos enseña a vencerlas.
SAN JERÓNIMO
San Jerónimo
es el ejemplo de que también nosotros podemos superar las tentaciones y llegar
a santos.
Nació
en Dalmacia y se dedicó a estudiar las Sagradas Escrituras.
Como
todas las personas, San Jerónimo, también era un pecador, y, como Jesús, se fue
al desierto para hacer penitencia y pedir perdón a Dios para que sus pecados le
fueran perdonados. Allí el demonio le presentó terribles tentaciones para
hacerle caer en sus redes y apartarle del amor de Dios, pero las superó todas,
pues su corazón sólo era de Dios.
HACIA UN MUNDO
MEJOR
Dios
quiere que seamos felices, por eso envió a Jesús, el Mesías, para darnos su
Salvación, que consiste en confiar en Él y cumplir su voluntad.
Y, además,
nosotros, los que conocemos a Dios y a Jesús, somos sus manos y sus pies: sus
pies para acercarnos a quienes nos necesitan, y sus manos, para darles ayuda.
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