UN GRAN GESTO
DE AMOR (C.P.)
Dios, a lo largo de la Historia de la
Salvación, fue hablando con diferentes hombres para que nos enseñaran a amarnos
y a ayudarnos, esos hombres eran los patriarcas y los profetas. Al principio la
gente les escuchaba y les hacía caso, pero con el tiempo dejaban de hacerlo, se
olvidaban de Dios y volvían a tratarse mal entre ellos.
Entonces, Dios, decidió enviar a su Hijo Jesús para perdonarnos, salvarnos
y enseñarnos su gran amor.
Jesús, con sus comportamientos de amor, nos enseña el camino para llegar
a Dios y poder estar con Él en el cielo para siempre.
Muchas personas querían, escuchaban y seguían a Jesús, pero los sumos
sacerdotes del Templo le tenían mucha envidia, porque la gente prefería
escuchar a Jesús, que hablaba de un Dios que es Padre, que nos quiere muchísimo,
que nos escucha siempre, que nos da lo que es mejor para nosotros, aunque
muchas veces no lo podamos entender, que nos perdona siempre que nos
arrepentimos y pedimos perdón… y no escuchar a los sumos sacerdotes, que
enseñaban que Dios lo ve todo, lo escucha todo, lo sabe todo y te castiga siempre
que haces algo malo. Entonces, los sumos sacerdotes decidieron matar a Jesús y
tramaron un plan: Judas, que no entendía eso de amar y perdonar, traicionó a
Jesús, diciéndoles a los sumos sacerdotes dónde y cuándo podían coger a Jesús.
Jesús entró el Domingo de Ramos en Jerusalén para celebrar la Pascua allí
con sus amigos. Todo el mundo le recibió con cantos de alegría, con ramos de
olivos y de palmas en las manos.
El Jueves
Santo, Jesús, celebró la cena de Pascua, su Última Cena, con sus
discípulos, luego fueron a rezar al Huerto de los Olivos y allí llegaron los
soldados del Templo, guiados por Judas, para apresar a Jesús. Se lo llevaron a
casa del sumo sacerdote Caifás y le juzgaron, condenándole a muerte.
El Viernes
Santo, los sumos sacerdotes llevaron a Jesús ante el gobernador
romano Poncio Pilato, para que le condenase a morir crucificado, que, obligado
por los sumos sacerdotes le condenó a morir en la cruz. Le crucificaron en el
Monte Calvario, entre dos ladrones. Cuando Jesús murió, sus amigos pidieron
bajarle y llevarle a enterrar en una cueva.
El Domingo de Pascua, María Magdalenas y otras dos amigas de Jesús
fueron a la tumba de Jesús. Se encontraron la tumba abierta y vacía y a un ángel
que les dijo que Jesús había resucitado. Ellas, llenas de alegría y felicidad,
corrieron a contárselo a los discípulos.
ACTIVIDADES
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