SAN ISIDRO LABRADOR
San Isidro nació en Madrid a finales del siglo
XI, se cree que en el 1080, en una humilde familia de labradores, tan pobres,
que ni siquiera pudieron enviarlo a la escuela.
Fue bautizado en la iglesia de San Andrés, su
parroquia.
A los
diez años se quedó huérfano, entrando a trabajar como peón de campo.
Uno de
los primeros trabajos que tuvo San Isidro fue el de pocero, cavaba pozos para
la familia Vera, hasta que se fue a vivir a Torrelaguna, para escapar de la
inminente llegada de los musulmanes a Madrid.
En Torrelaguna, San Isidro conoció a una chica
llamada María Toribia, más conocida como Santa María de la Cabeza, con la que
se casó.
También declarada santa, y ahora se llama Santa María de la Cabeza
(no porque ese fuera su apellido, sino porque su cabeza es sacada en
procesión en rogativas, cuando pasan muchos meses sin llover).
Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo llamado
Illán.
Al cabo de unos años la familia regresó a
Madrid, para cuidar las tierras de la familia Vargas.
Fue en ese momento cuando Isidro realizó
las tareas de labrador y pasase a ser conocido popularmente como "Isidro
labrador".
San Isidro falleció en el año 1172, con 90
años, y fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés.
Muchas de las cosas que sabemos de este buen
hombre es gracias a Juan Gil de Zamora, Diácono, que en el siglo XIII escribió
su biografía, la "Vita Sancti Isidori".
Él nos
retrata a un hombre ejemplar, de buen corazón y muy bondadoso con los más
necesitados.
Cuarenta
años después de morir, en 1212, fue trasladado a la Iglesia, ya que él se
apareció a varias personas pidiendo su traslado por mojarse cada vez que llovía
y el cementerio se inundaba.
Excavaron
con prontitud en su tumba. Y, encontraron su cuerpo intacto y sin daño, y su
mortaja, en buen estado y entera, desprendiendo un suave olor de incienso.
En la
exhumación del sagrado cuerpo para trasladarlo a la iglesia de San Andrés, el
Señor se dignó manifestar el siguiente prodigio: todas las campanas de aquella
iglesia, volteadas por sí mismas sin que nadie las manejase y sin la ayuda de
ningún artilugio, repicaron a la vez, hasta que el cuerpo quedó depositado en
el sepulcro, como si hubiesen sido movidas por las manos de los hombres.
Sobre la figura del santo se han vertido muchas
narraciones populares:
En la plaza de San Andrés, esquina a la costanilla
de San Pedro (Metro Latina) se sitúa la Casa de San Isidro, donde construyeron
los Vargas su casa-palacio. En esta casa vivió San Isidro. Allí se produjo el
milagro del Pozo, el cual aún se conserva.
Tiene
una profundidad de 27 metros más tres de agua. En la reciente excavación se han
encontrado materiales en su fondo fechables en el siglo XIII, algunos de
tradición musulmana. En el solar que ocupa esta casa murió San Isidro, y en
ella se construyó una capilla.
San Isidro, ya muerto, ayudó al rey Alfonso VIII en la Batalla
de las Navas de Tolosa, contra los musulmanes. Sucedió el mes de julio de 1212.
El rey viajaba desde Toledo hacia Sierra Morena para emprender la batalla
contra los almohades, dirigidos por Al-Nasir. Lo que desconocía el monarca
cristiano es que el ejército enemigo se había colocado estratégicamente en el
Paso de La Losa, lugar desde el cual podrían atacarles por sorpresa.
En ese momento surgió, como de la nada, un pastor
ante el monarca y el gran Maestre del Temple, y les mostró un atajo
secreto que decía utilizar él cuando iba con las ovejas a pastar, además
de proporcionarles agua.
Si no hubiese sido por las indicaciones del
misterioso pastor, los ejércitos del rey no hubieran estado en condiciones de
hacer frente a la batalla. Sin embargo, bajo su protección, consiguieron
derrotar de forma aplastante a los enemigos el 16 de julio de ese año. El rey
siempre quedó intrigado por la providencial aparición del gentil pastor.
Tras las celebraciones por la victoria, Alfonso
VIII, de vuelta a Burgos, se empeñó en parar en Madrid para visitar el cuerpo de San Isidro, del que
le habían llegado tantos relatos milagrosos. Ya había transcurrido un año desde
el descubrimiento del cuerpo de san Isidro, y el monarca quiso que se destapase.
Quedó
estupefacto al comprobar que ¡el buen pastor y san Isidro eran la misma
persona! Alfonso VIII mandó que hicieran
un arcón para enterrar su cuerpo y una capilla para preservarlo.
El 30 de septiembre de 1575 unos moriscos, al ver
la posibilidad de hacer negocio, se dedicaron a recoger el agua que mana de la
llamada “Fuente del Santo”, que se encuentra en la entrada al cementerio de San
Isidro. De ella siempre se ha dicho que tiene propiedades curativas, por lo que
se dedicaron a venderla por Madrid. Poco les duró el negocio, porque de
improviso el agua dejó de brotar, arruinándoles la empresa. Se dice que fue un
“castigo” por negociar con las cosas del santo. El caso es que una vez que se
les prohibió recoger el agua, ésta brotó como siempre lo hizo.
Tiene dedicada en la capital de España una
colegiata que fue construida entre los años 1626 y 1664 y que desde el año 1885
hasta 1993 actuó como catedral, hasta que se consagró la de La Almudena. Dicho
templo está situado en la calle Toledo. El cuerpo de San Isidro se
trasladó a la Colegiata, donde hoy se encuentra, en tiempos de Carlos III. San
Isidro es patrón de Madrid desde el 15 de Mayo de 1212 y día de precepto en la
Capital desde 1621. El Papa Juan XXIII extendió su patronazgo a todos los
agricultores y campesinos españoles por Bula ("Agri Culturam") dada
en Roma el 16 de Diciembre de 1960.
El Museo de los Orígenes (Antiguo Museo de San
Isidro) ocupa el solar del palacio de los condes de Paredes; ha recibido
diferentes denominaciones de acuerdo con sus sucesivos propietarios, aunque se
le conoce popularmente como Casa de San Isidro porque según la tradición fue la
casa de los Vargas, amos de San Isidro, y en ésta vivió y murió el Santo. El
edificio fue construido durante la primera mitad del siglo XVI por la familia
de los Lujanes, cuyo escudo puede aún verse en los capiteles del patio. Con el
traslado de la corte a Madrid fue destinado a alojar al Nuncio hasta mediados
del siglo XVII, por ser uno de los palacios más importantes de la Villa. Desde
esta fecha hasta mediados del siglo XIX sus propietarios fueron los condes de
Paredes, siendo esta etapa la más activa y relevante en cuanto a la edificación
de la capilla dedicada al Santo y sus posteriores reformas. Tras un largo
periodo de decadencia y deterioro, el conjunto fue demolido casi en su
totalidad en 1974, y reconstruido, previa excavación arqueológica.
En el nuevo edificio, dotado de las infraestructuras necesarias para acoger los servicios del Museo, han quedado integrados todos los elementos originales conservados: la Capilla de los siglos XVII y XVIII, el Pozo del Milagro y el patio renacentista del siglo XVI.
La
Fiesta de San Isidro Labrador, Patrón de Madrid, es el 15 de Mayo.
Se
celebra con la procesión del Santo por las calles de Madrid, con verbenas en
las que se baila el chotis:
Y se comen las rosquillas del Santo (las tontas, las listas, las francesas y las de Santa Clara).
tontas francesas listas de Santa Clara
ACTIVIDADES
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