ESPERO VIVIR CON DIOS EN
EL CIELO (C.P.)
LA RESURRECCIÓN Y
LA VIDA ETERNA
Dios Padre nos quiere tanto que nos envió a su propio Hijo, Jesús, para
salvarnos. Primero nos lo enseñó con sus palabras y enseñanzas, y luego con su
ejemplo, ayudando, compartiendo, sanando, perdonando, volviendo a la vida a los
muertos (que no es lo mismo que resucitarlos), y, al final, dando su propia
vida por nosotros, convirtiéndose Él mismo en el Cordero Pascual del
sacrificio, con cuya sangre se limpiaron nuestros pecados.
Jesús vuelve a la vida a varias personas ya muertas: el hijo de la viuda
de Naím; a la hija de Jairo, el jefe de la sinagoga; a su amigo Lázaro…, pero
esto no es resucitar.
Estas personas volvieron a la vida tal y como la
conocemos, siguieron comiendo y bebiendo, durmiendo, cansándose, enfermando y,
finalmente, volvieron a morir. Resucitar
es otra cosa, es morir en esta vida para
vivir una vida plena y eterna siendo felices junto a Dios Padre, una vida en la
que nada de este mundo nos es necesario ya, sin hambre, ni sed, ni cansancio,
ni enfermedad, ni dolor, ni muerte.
El primero en resucitar fue Jesús al tercer día de haber muerto. Y
aunque les había explicado a sus apóstoles lo que iba a pasar, no lo
entendieron, y al morir Jesús quedaron solos, tristes, desolados y
desconcertados. Cuando Jesús se presentó resucitado ante ellos, cuando le
vieron, le escucharon y le tocaron, es cuando sus ojos se abrieron y
entendieron todo lo que Jesús les había explicado sobre su muerte y su
resurrección.
El hecho más importante de la fe de los cristianos es la Resurrección de
Jesús. La Pascua de Resurrección es nuestra fiesta más importante, es la fiesta
de las fiestas. Porque la Resurrección de Jesús supone nuestra resurrección.
La Resurrección de Jesús nos enseña que:
─› La Salvación que Dios nos ofrece nos
llega con la muerte y
resurrección de Jesús.
─› Se restablece la relación con Dios Padre
que rompe el pecado.
─› Jesús triunfa sobre el pecado y la
muerte.
─› Jesús nos ha mostrado el camino para
llegar al cielo.
─› La muerte no es el final, es el paso
previo al encuentro
definitivo con Dios Padre y en comienzo de la Vida Eterna.
El Nuevo Testamento nos cuenta las
numerosas veces que Jesús resucitado se aparece a los apóstoles: al tercer día
de morir en el cenáculo, a los discípulos camino de Emaús, en el lago de
Galilea… También san Pablo cuenta apariciones, incluyendo cuando se le aparece a
él.
Cuando Jesús se aparece a sus apóstoles al tercer día de haber muerto,
no estaba Tomás, y cuando se lo cuentan no lo cree, poniendo como condición
para hacerlo, verle y tocarle. Cuando Jesús se le aparece, habla ya de
nosotros, los que sin necesidad de verle y tocarle creemos en Él.
Para los cristianos, existen el cielo y el infierno. No son lugares físicos,
sino estados. El cielo es
vivir para siempre con Dios en completa felicidad, es lo que nos espera en la
Vida Eterna si vivimos como Jesús nos enseñó y nos arrepentimos de todo corazón
de todo lo malo que hayamos hecho. Aquí, en esta vida, a veces, vemos trocitos
de esa felicidad, cuando algo o alguien nos hace sentir bien, seguros, alegres
y felices. El infierno es el sufrimiento
de las personas que mueren rechazando el amor de Dios y viven eternamente
alejadas de Él. También podemos sentir y vivir el infierno en ciertos momentos
de esta vida, cuando nos ocurren cosas que nos hacen sentir verdaderamente mal.
Y, debemos pensar, que también nosotros podemos ayudar a que los demás sientan
que están en el cielo o en el infierno.
ACTIVIDADES
Hola gloria una pregunta aqui te viene toda la informacion de todo lo que hemos dado en 5º ?
ResponderEliminar