JORNADA ESCOLAR DE
LA PAZ
Y LA NO VIOLENCIA
30 DE ENERO
El 30 de enero recordamos a un hombre bueno y
ejemplar: Mahatma Gandhi.
(Mohandas
Karamchand Gandhi; Porbandar, 1869 - Delhi, 1948) Pensador y líder del
nacionalismo indio. Es la personalidad indígena más relevante de la historia
india contemporánea. Domina la escena política y social de la India durante la
primera mitad del siglo XX. Valioso legado de su actividad encaminada al bien
de sus compatriotas y a la independencia de su país en el marco de una
extraordinaria concepción filantrópica y humanitaria, ha quedado la obra
titulada por él Historia de mis experiencias con la verdad (que
en su primera redacción data de unos veinte años antes de su muerte), una mole
ingente y varia de artículos publicados en revistas y periódicos, numerosos discursos
oficiales pronunciados en la India y en Inglaterra y las abundantes alocuciones
de carácter familiar y paternal dirigidas al pueblo y cuyo vivo y religioso
recuerdo se mantiene todavía.
Pasó la
infancia en un ambiente familiar ordenado y recogido que dejó en él una huella
indeleble. Su padre era funcionario estatal de grado elevado y su madre
conservaba una fe religiosa apasionada y operante que se remontaba a las
antiguas y sagradas tradiciones brahmánicas e hindúes. Después de haber seguido
en su patria un curso regular de estudios y cuando tenía cerca de veinte años,
mantuvo durante tres años un primer contacto directo con la cultura occidental,
viviendo en Londres, donde esperaba perfeccionarse en los estudios jurídicos.
Regresó
después a la India; pero no permaneció allí mucho tiempo. Los ideales que guiaron
toda su vida y que se identifican con un ardiente amor a la India (cuya antigua
civilización y algunas épocas gloriosas de su historia trimilenaria se le
aparecían como firmes bases para la deseada unión nacional) y una necesidad
innata de llevar a cabo la difícil misión con un espíritu de amor y caridad
hacia la humanidad entera, comienzan a revelarse públicamente con el generoso
impulso con que Gandhi -habiéndose trasladado en 1893 al África meridional- se
dedicó a realizar la obra de redención y de elevación moral y social de muchos
millares de indios allí residentes.
Numerosas
y variadas fueron sus iniciativas humanitarias; instituyó colonias agrícolas y
hospitales, y, sobre todo desde entonces, trató de eliminar las castas y
religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones y en sus inevitables
choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica inauguró un método de
lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a la persona humana y
evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso en práctica el
"satyagraha" ("obstinación por la verdad"), conocido en
Occidente con el nombre de "resistencia pasiva".
Regresó
a finales de 1914 a la India, donde llevó una vida retirada hasta 1918, término
de la primera Guerra Mundial. A partir de este año, Gandhi fue prácticamente el
jefe del movimiento nacionalista. Su bandera, al principio la simple
"autonomía", que toma su base de la "autonomía económica" a
la que se llega mediante la "no colaboración" y después con la
"desobediencia civil", pasa a ser en fin el símbolo de la
"independencia nacional" ("svaraj").
1920
señala una fecha importante en la vida de Gandhi, porque fue precisamente en
este año, en ocasión de la sesión extraordinaria del Congreso Nacional Indio en
Calcuta y en la ordinaria celebrada poco después en Nagpur, cuando Gandhi
obtuvo un gran éxito personal, por cuanto en la primera fue aprobada y en la
segunda ratificada la puesta en práctica de una gradual resistencia pasiva,
deseada y ardientemente propugnada por Gandhi.
Se
convierte entonces en primerísima figura, no sólo en el seno del Congreso, sino
en toda la India; y a este año se remonta el título de "Mahatma", que
el mismo pueblo le confirió en un impulso espontáneo de entusiasmo y de
devoción; y dicho apelativo, que significa literalmente "el
magnánimo" y alude a sus dotes de "profeta" y de
"santo" que las masas le reconocían, lo glorifica y lo señala para la
posteridad.
Los
períodos sucesivos de la vida de Gandhi muestran una ininterrumpida serie de
episodios durante los cuales continuó su actividad política, con pausas más o
menos largas pasadas en duras prisiones. De 1930 es una vigorosa llamada
directa al pueblo, redactada por entero por Gandhi y sancionada por el
Congreso; llamada en la que se siente vibrar toda la pasión y todo el amor de
Gandhi por su tierra madre y su anhelo por liberarla de la dominación
extranjera. De aquel mismo año es su valerosa actuación contra las leyes del
monopolio de la sal y su memorable marcha de tres semanas, osada y simbólica al
mismo tiempo, realizada en medio del entusiasmo irrefrenable de las
muchedumbres a lo largo del recorrido que separa la ciudad de Ahmedabad de la
pequeña localidad costera de Dandi.
A
finales de 1931 participa en Londres en la segunda conferencia de la Mesa
Redonda. Pero la conferencia marcó un fracaso para la causa india. Vuelto a su
patria, Gandhi vivió durante algunos años apartado de la política oficial; pero
dedicado a su apasionada atención a los problemas sociales, especialmente al
concerniente a los "intocables". Reapareció en la escena política en
1940, durante la segunda Guerra Mundial, y con indómita constancia, continuó
luchando -siempre inerme- por aquellos ideales de cuya fe nunca se apartó; y
así mantuvo una esperanza inquebrantable hasta el día de su sacrificio.
Gandhi
ha sido jefe y maestro de su pueblo y lo ha guiado a la consecución de la meta
que había soñado ardientemente. Gandhi vio la India independiente, aunque no se
haya verificado su deseo de fundir hindúes y musulmanes en unitaria
convivencia. Y, ciertamente, ello constituyó una espina, a la que se añadieron
las amargas desilusiones y dolores por las violencias y los estragos que
acompañaron al nacimiento de la Unión India y del Pakistán.
Extraordinaria figura de asceta indio, Gandhi no
pasó su existencia en el tradicional eremitorio solitario, sino que fue impulsado
por su infinito amor a su tierra madre y a sus hermanos a vivir -excepto
algunos breves paréntesis- en medio del mundo y a practicar sus virtudes
ascéticas, aun permaneciendo en contacto con gobernantes y métodos políticos
del pleno siglo XX. El amor ("ahimsa") fue su arma política, y se nos
aparece totalmente dominado por aquel sentimiento de bondad y de afectuosa
dulzura que es la nota dominante del Visnuísmo.
Sus
repetidos y dolorosos ayunos (realizó dieciséis, el último de ellos pocos días
antes de su fin en un intento de conseguir la paz religiosa de toda la India)
eran la prueba de una completa entrega a su causa y consiguieron la devoción de
las masas; su palabra apasionada las entusiasmaba, sus plegarias y sus
invocaciones al dios Raro, recitadas en público, conmovían y arrebataban al
auditorio. Actuó políticamente siguiendo medios que estaban en neto contraste
con la práctica dominante, consideró despreciable el principio según el cual el
fin justifica los medios, principio que muchos siglos antes, un maestro indio
de política, Kautilya, había exaltado y puesto en práctica con un realismo sin
escrúpulos.
Pero el
método, diríamos evangélico, predicado y realizado por Gandhi consiguió el
deseado triunfo. El desconsolado anuncio hecho a las gentes de que el padre
("bap") había muerto, el dolor del pueblo impresionado por la noticia
del trágico fin, la consagración de sus cenizas, sumergidas religiosamente en
numerosos ríos sagrados del inmenso país, revelaron al mundo que la India había
perdido a su más grande santo de la Edad Moderna.
3 AÑOS
"Los Pajaritos":
"Los Pajaritos":
4 AÑOS
"El Puente":
"El Puente":
5 AÑOS
"Robots":
CANCIÓN: “YO ESTOY MUY ORGULLOSO”
Yo estoy muy orgulloso de ser bajito.
Yo estoy muy orgullosa de ser negrita.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Yo estoy muy orgulloso de hablar torcido.
Yo estoy muy orgulloso de ser latino.
Yo estoy muy orgullosa de ser negrita.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Yo estoy muy orgulloso de hablar torcido.
Yo estoy muy orgulloso de ser latino.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Torcido, latino... ¡a mí me respetas!
Yo estoy muy orgulloso de ser gordito.
Yo estoy muy orgullosa de ser flaquita.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Torcido, latino... ¡a mí me respetas!
Gordito, flaquita... ¡a mí me respetas!
Yo estoy muy orgullosa de ser budista .
Yo estoy muy orgullosa de ser judía.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Torcido, latino... ¡a mí me respetas!
Gordito, flaquita... ¡a mí me respetas!
Budista, judía... ¡a mí me respetas!
Yo estoy muy orgullosa de ser estudiosa.
Yo estoy muy orgullosa de ser deportista.
Ser diferente es bueno y divertido,
igual somos muy amigos y compartimos.
Bajito, negrita... ¡a mí me respetas!
Torcido, latino... ¡a mí me respetas!
Gordito, flaquita... ¡a mí me respetas!
Budista, judía... ¡a mí me respetas!
Estudiosa, deportista... ¡a mí me respetas!
PRIMERO
"Los Colores":
SEGUNDO
"La Paloma de la Paz":
TERCERO
"Un Chocolate muy especial":
"El Árbol de la Paz":
"Mambrú no quiere ir a la guerra":
QUINTO
"Zapal":
"Zapal":
GANDHI
Mahatma Gandhi fue un abogado, político y pensador indio del siglo
XIX y XX (nació
el 2 de octubre de 1869 y murió asesinado el 30 de enero de 1948) conocido
principalmente por reivindicar y conducir la independencia de la India a
través de métodos no violentos.
Nació en Porbandar, una pequeña ciudad costera
al oeste de la India. Su madre fue una
de sus más importantes influencias en la vida, pues de ella aprendió el respeto
por los seres vivos, las virtudes del vegetarianismo y la tolerancia
hacia diferentes formas de pensar, inclusive hacia otros credos y religiones.
Con 18 años se mudó a Londres para estudiar
derecho. Cuando finalizó sus estudios regresó a Bombay para intentar ejercer como abogado. En 1893 se le presentó la oportunidad de trabajar en Sudáfrica,
empleo que aceptó motivado por la lucha
de resistencia y desobediencia civil no violenta que
estaban llevando a cabo sus compatriotas ante la presión y discriminación del
país hacia los hindúes.
En
el año 1915 Gandhi regresó a la
India, donde continúo promulgando sus valores religiosos, filosóficos y
especialmente políticos. De estos últimos años destacaron dos grandes
protestas sociales: la marcha
de la sal (1930) y la reivindicación de la independencia de la India
del imperio británico que condujeron finalmente a la independencia
oficial de la India el 15 de agosto de 1947.
Lo más inspirador de su figura no reside
tanto en aquel fin como en los medios, es decir, en sus casi tres décadas de
perseverancia en un activismo pacífico fundado en la no violencia y en la
fuerza de las convicciones. Y en segundo lugar, porque sus metas siempre fueron
mucho más amplias, y abarcaron la abolición de las castas, la justicia social,
la transformación de las estructuras económicas y la concordia entre
religiones, designios que convergían en el ideal de una profunda renovación
ética y espiritual del ser humano.
Hombre de austeridad inflexible y absoluta
modestia, vivió en una pobreza sin paliativos, jamás concedió prebendas a sus
familiares y rechazó siempre el poder político, antes y después de la
liberación de la India. Tal idiosincrasia ha convertido al apóstol de la no
violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos, y en
el más admirado (cuando no venerado) de los líderes espirituales modernos.
Varias veces en su vida recurrió Gandhi a
los ayunos o huelgas de hambre, como medio de presión contra el poder, como
forma de lucha espectacular y dramática para detener la violencia o llamar la
atención de las masas.
El 30 de enero de 1948, Gandhi fue asesinado por Nathuram Godse, un fanático hindú
relacionado con el gobierno, que encontró en Gandhi un obstáculo para levantar
su proyecto del alzamiento del hinduismo en perjuicio del resto de creencias y
religiones. De esta manera, por defender su ideología de una sociedad igualitaria,
Gandhi moriría asesinado a la edad de 78 años. Cuando
al anochecer se dirigía a la plegaria comunitaria, fue alcanzado por las balas
de un joven hindú. Tal como lo había predicho a su nieta, murió como un
verdadero Mahatma, con la palabra Rama ('Dios') en sus labios. Como dijo
Einstein, «quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre
semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo».
SEXTO
NELSON MANDELA
(Nelson Rolihlahla Mandela; Mvezo, Transkei, 1918 - Johannesburgo, 2013) Activista y político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso, pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan. Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia.
(Nelson Rolihlahla Mandela; Mvezo, Transkei, 1918 - Johannesburgo, 2013) Activista y político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso, pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan. Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia.
Cumplidos los dieciséis años, pasó a formar parte del consejo tribal; tres años después, en 1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para cursar estudios superiores. Pero cuando en 1941 supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio, Mandela resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en el superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter Sisulu, con quien trabó una amistad que sería determinante en todos los ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó a conseguir trabajo y a finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase, con la que contraería matrimonio en 1944.
Un líder nato
Tanto Walter Sisulu como la infinidad de personas que tuvieron contacto con Mandela a lo largo de su vida coinciden en señalar su extraordinaria personalidad. El poder de seducción, la confianza en sí mismo, la capacidad de trabajo, la valentía y la integridad figuran entre las virtudes por las que brillaba allá donde fuese. Sisulu captó de inmediato sus innatas dotes de líder y lo introdujo en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión que desde hacía décadas venían padeciendo los negros sudafricanos. Pronto sus cualidades lo situarían en puestos prominentes de la organización. En 1944, Mandela fue uno de los líderes fundadores de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del Congreso Nacional Africano; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.
En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. En realidad, el racismo institucional se remontaba en Sudáfrica al menos a 1911, fecha de una disposición discriminatoria que prohibía a los negros ocupar puestos de trabajo cualificados. Numerosas medidas promulgadas en las décadas siguientes (treinta y seis en total) habían llevado ya, por poner un solo ejemplo, a la exclusión de negros y mestizos del censo electoral.
El triunfo del Partido Nacional de los Afrikaaners (blancos descendientes de los boersholandeses que colonizaron el país) vino a corroborar y a ampliar sin eufemismos lo ya existente: el gobierno de Daniel Malan (1948-1954) puso en pie un sistema completo de segregación y discriminación social, económica, cultural, política y territorial en perjuicio de la mayoría negra; era el llamado apartheid o "desarrollo separado de cada raza en la zona geográfica que le es asignada", según la definición oficial. Los gobiernos siguientes, presididos por Strijdom y Verwoerd, continuaron idéntica política. Un decreto de 1949 prohibió los matrimonios mixtos; otras leyes y reglamentos posteriores acabaron de configurar el sistema segregacionista: reconocimiento oficial de las razas, segregación a la hora de utilizar servicios (incluso el espacio de las playas) y separación en las fábricas y en los transportes públicos.
Bajo la inspiración de Gandhi, el Congreso Nacional Africano propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud del Congreso (presidida por Mandela en 1951-1952) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas. En 1952 Mandela pasó a presidir la federación del Congreso Nacional Africano de la provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica. Paulatinamente había ido abandonando su postura africanista y adoptado la ideología del humanismo internacionalista que sostendría durante toda su vida. En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza. Por aquellos años otra mujer irrumpió con fuerza en su vida: la asistente social Nomzano Winnie Madikizela, más conocida como Winnie Mandela, con la que se casó en 1958.
La exacerbación del apartheid
El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes en los que se pretendía confinar a la mayoría negra, que representaba más del setenta por ciento de la población. Tal medida conllevaba condenar a los negros no sólo a la marginación, sino también a la miseria: aquellas tierras no podían ofrecer un medio de vida porque estarían demasiado pobladas como para que su agricultura los pudiese alimentar, o para que sus industrias diesen trabajo a todos. Por lo demás, el poder blanco nunca estaría interesado en crear ninguna industria importante en tales reservas por el peligro de que fuesen competitivas respecto a las de las áreas blancas de la República.
El Congreso Nacional Africano respondió con manifestaciones y boicoteos que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961. Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del Congreso Nacional Africano de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; se encargó asimismo de dirigir el brazo armado del Congreso Nacional Africano (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.
En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana; a su regreso, Mandela fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Mientras aún estaba en prisión, fue uno de los ocho dirigentes de la Lanza de la Nación declarados culpables de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al gobierno en el juicio de Rivonia (1963-1964), a cuyo término dirigió a los jueces un célebre alegato final, lleno de firmeza y dramatismo, que no impidió que fuese condenado a cadena perpetua. Pese a hallarse en cautiverio, ese mismo año fue nombrado presidente del Congreso Nacional Africano.
De la cárcel a la presidencia
Prisionero durante 27 años (1963-1990) en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, en una figura legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el Congreso Nacional Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería envuelta en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salió absuelta.
Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial. En febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento delapartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999); desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú. Una película del cineasta estadounidense Clint Eastwood, Invictus (2009), reflejaría con bastante fidelidad el Mandela de aquellos años; su apoyo a una selección nacional formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica, muestra su empeño en integrar la minoría blanca y la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento deportivo y su firme voluntad de construir una nación para todos los sudafricanos, sin distinción de raza.
Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda, la sanidad o el empleo, e impulsó asimismo la redacción de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996. Un año después cedió la dirección del Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça Machel, viuda del antiguo presidente de Mozambique, Samora Machel.
Junto con el arzobispo Desmond Tutu, que presidía la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Nelson Mandela presentó en junio de 1998 el informe con las conclusiones de la Comisión. La talla del dirigente africano quedó patente una vez más cuando, frente al parecer del Congreso Nacional Africano, avaló las conclusiones del informe, que señalaban no solamente los abusos y crímenes del régimen segregacionista, sino también los cometidos por los diversos grupos de los movimientos de liberación, incluido el Congreso Nacional Africano. Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no pensaba presentarse a la reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo Mbeki, vencedor en las elecciones de junio de 1999.
Apartado de la vida política desde ese año, recibió múltiples reconocimientos, si bien sus problemas de salud hicieron cada vez más esporádicas sus apariciones públicas. Pese a su retirada, el fervor que Mandela despertaba en sus compatriotas siguió vivo: en 2010 estuvo presente en las ceremonias del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, y recibió el caluroso apoyo de la multitud; en julio de 2013, estando el líder gravemente enfermo, la población sudafricana se lanzó a las calles para celebrar su 95º aniversario. Elevado a la categoría de uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX, su figura ha entrado en la historia como encarnación de la lucha por la libertad y la justicia y como símbolo de toda una nación.
CANCIÓN: “EL RITMO DEL CORAZÓN”
Cuando la vida nos amenaza,
oye tu ritmo del corazón.
Fuera caretas, fuera corazas,
oye tu ritmo del corazón.
Pum, pum;
Si la amargura llama a tu casa,
oye tu ritmo del corazón.
Cuando no sepas lo que te pasa,
oye tu ritmo del corazón.
Pum, pum; pum. pum...
Dame más, dame más corazón,
dame tu fuerza con esta canción.
Voy hacia atrás, voy hacia adelante
siempre deprisa no tengo bastante.
Paro un momento y no sé que hacer,
si sigo mi ritmo no puedo perder.
Cuida tus flores, chupa la caña,
oye tu ritmo del corazón.
Siente ese fuego por las entrañas,
oye tu ritmo del corazón.
Pum, pum; pum. pum...
Levanta la mano si tú eres mi
hermano,
europeo, asiático, africano,
americano.
Levanta la mano si tú eres
consciente,
de la impotencia y tristeza de la
gente.
Que vive en un mundo con tanta
violencia,
muchos problemas y poca paciencia.
Cultiva tus plantas con buenas
semillas,
para evitar cosechar pesadillas.
Ya yo no quiero encontrar más
malicia,
yo quiero besos y muchas caricias.
Cambio mi piel como una serpiente,
si me aprieta, o se pone indecente.
Pero yo tan sólo te hablo de mi
condición,
oye tu ritmo del corazón.
Estribillo:
Cuando la vida nos amenaza,
oye tu ritmo del corazón.
Fuera caretas, fuera corazas,
oye tu ritmo del corazón.
oye, oye, oye tu ritmo;
oye tu ritmo del corazón.
ACTIVIDADES
No hay comentarios:
Publicar un comentario