Paulina
nació en la ciudad de Lyon (Francia) y desde muy niña había demostrado un gran
espíritu religioso. Su hermano mayor sentía inmensos deseos de ser misionero y le
pintaban las misiones como algo terrorífico donde los misioneros tenían que
viajar por los ríos sobre el cuello de terribles cocodrilos y por las selvas en
los hombros de feroces tigres. Esto la emocionaba a ella pero le quitaba todo
deseo de irse de misionera. Sin embargo sentía una gran inclinación a ayudar a
los misioneros de alguna manera.
De joven
se hizo amiga de una muchacha sumamente vanidosa y ésta la convenció de que
debía dedicarse a la coquetería. Por varios meses estuvo en fiestas y bailes y
llena de adornos, de coloretes y de joyas, pero nada de esto la satisfacía.
Un día entró
a un templo y oyó predicar a un santo sacerdote acerca de lo pasajeros que son
los goces de este mundo y de lo engañosas que son las vanidades de la vida.
Después del sermón fue a confesarse con el predicador y éste le aconsejó:
"Deje las vanidades y lo que la lleva al orgullo y dedíquese a ganarse el
cielo con humildad y muchas buenas obras". Desde aquel día ya nunca más
Paulina vuelve a emplear lujosos adornos de vanidad, ni a gastar dinero en lo
que solamente lleva a aparecer y deslumbrar. Sus vestidos son sumamente
modestos, hasta el extremo que las antiguas amigas le critican por ello. Ahora
en vez de ir a bailes se va a visitar enfermos pobres en los hospitales.
Y es entonces cuando nace la nueva obra
llamada Propagación de la fe. Son grupitos de 10 personas, las cuales se
comprometen a dar cada una alguna limosna para los misioneros, y ofrecer
oraciones y pequeños sacrificios por ellos. Paulina va organizando numerosos
grupos (llamados coros) entre sus amistades y las gentes de su alrededor y
pronto empiezan ya a recoger buenas ayudas para enviar a lejanas tierras.
La idea
se extendió rapidísimo por toda la nación y las ayudas a los misioneros se
aumentaron inmensamente. Casi nadie sabía quién había sido la fundadora de este
movimiento, pero lo importante era ayudar a extender nuestra santa religión.
Paulina
se fue a Roma a contarle al Santo Padre Gregorio XVI su idea de la Propagación
de la Fe. El Sumo Pontífice aprobó plenamente tan hermosa idea y se propuso
recomendarla a toda la Iglesia Universal.
En 1862 contenta
porque su obra de la Propagación de la Fe estaba ya muy extendida murió
santamente y satisfecha de haber podido contribuir eficazmente a favor de las
misiones católicas.
Veinte
años después, en 1882, el Papa León XIII extendió la Obra de la Propagación de
la Fe a todo el mundo, y ahora cada año, el mes de octubre (y especialmente en
el tercer domingo de este mes) los católicos fervorosos ofrecen oraciones,
sacrificios y limosnas por las misiones y los misioneros del mundo entero. Se
conoce con el nombre de DOMUND.
EL PERDÓN DE
DIOS EN LA
BIBLIA
La
Biblia nos enseña que Dios es un Padre bueno y misericordioso, que nos ama y
por eso nos perdona.
Dios
siempre nos perdona, pero para ello, es necesario que reconozcamos lo que hemos
hecho mal y queramos reconciliarnos con Él y con los demás.
Dios
quiere que seamos misericordiosos con los demás como lo es Él, que nos amemos y
nos perdonemos, para ser felices y salvarnos.
EL PECADO ORIGINAL
Es el
pecado que cometieron Adán y Eva al desobedecer a Dios. A partir de ese momento
entró el pecado y el mal en el mundo y por ser el primer pecado, se le llama “pecado
original”, pues es el origen de los pecados.
DIOS PERDONA A
DAVID
Otra de
las historias que podemos encontrar en la Biblia, es la del rey David. Dios le
eligió como rey de Israel cuando David aún era muy joven. David era muy amigo
de Dios, hablaba con Él orando e incluso le compuso canciones, que están en el
Libro de los Salmos.
Pero
David, pese a tener unas doscientas esposas, al ver a la mujer de Urías, uno de
los generales de su ejército, se enamoró de ella y para conseguirla, ordenó a
su general que se pusiera en primera línea y encabezara el ataque contra el ejército
enemigo. Urías murió en el combate y David se casó con la viuda.
Esto
desagradó tanto a Dios, que decidió que David no construiría su Templo y envió
al profeta Natán para regañarle por lo que había hecho. David reconoció que lo que
había hecho estaba mal, se arrepintió y Dios le perdonó.
ACTIVIDADES
domingo, 6 de noviembre de 2016
EL PECADO ME ALEJA DE TI (CP)
EL PECADO Y
EL PERDÓN
En el mundo siempre ha existido el mal. Y existen dos tipos distintos de
mal:
─›Males
naturales: Son los producidos por la Naturaleza: las
─› Males Morales: Son los producidos por las personas, por
su
ambición y su egoísmo: guerras, hambre, gente sin hogar, acoso, bulling…
EL PECADO
Para los cristianos el pecado
es desobedecer a Dios, haciendo lo que a Él le desagrada, que es hacer algo
malo a los demás o a nosotros mismos, lo que nos lleva a la infelicidad.
El pecado rompe nuestra relación con Dios, con los demás y con nosotros
mismos.
Por eso, las personas, necesitamos ser perdonadas para poder volver a
ser felices. Debemos pedir perdón a quienes hemos ofendido o hecho daño y también
a Dios.
No es fácil pedir perdón, ni tampoco perdonar, pero nuestro Padre Dios
nos da las fuerzas necesarias para poder hacer las paces y reconciliarnos con
nuestros hermanos, porque Dios es Amor.
EL PECADO EN LAS RELIGIONES DE LA ANTIGÜEDAD
Las religiones más importantes de la antigüedad fueron las de Egipto,
Grecia y Roma. Eran religiones politeístas, es decir, creían en muchos dioses y
diosas, a cada uno le pedían una cosa (lluvia, sequía, buenas cosechas, buenas
suerte…).
En estas religiones el pecado no era lo mismo que para los cristianos. En
ellas se hablaba de malos comportamientos o de no hacer lo que para los dioses
ero lo correcto. Una falta castigada por todos los dioses y diosas de la Antigüedad
era poner la voluntad de las personas por encima de la de los dioses y las
diosas.
LA TORRE DE
BABEL
El pecado divide y destruye a las personas y a los pueblos, porque nos
dejamos llevar por la soberbia, el orgullo y el egoísmo.
Para explicar esto y el origen de las diferentes lenguas, los judíos se
lo contaban a sus hijos y lo dejaron escrito en lo que siglos más tarde sería la
Biblia, en el libro del Génesis. Esta historia es “La Torre de Babel”:
"Holywins": un juego de palabras que
en inglés significa "la santidad vence". Busca recuperar la
tradicional celebración cristiana de todos los santos y los fieles
difuntos y dejar a un lado la conocida fiesta de disfraces de zombis,
fantasmas, esqueletos o monstruos heredada de Estados Unidos.
Es "una
fiesta del cielo”, en la que descubrimos que hemos sido creados para la
amistad con Dios. Para ello, los niños y niñas se visten de santos y
santas, de personas que han iluminado la vida de otras, en lugar de hacerlo de
los seres que habitan en la oscuridad y las tinieblas.Los disfraces que más
éxito tienen entre los más pequeños en nuestro país son: angelitos, Teresa
de Calcuta, San José y la Virgen María o San Francisco de Asís. Además, es mejor vestirse de santo o santa, o incluso de los arcángeles, Gabriel, Rafael o Miguel, que luchó y venció al mismísimo Lucifer. Los buenos, al final siempre vencen, mientras que los malos son derrotados y castigados.
Esta
iniciativanació en París en 2002 y cada
año acuden miles de niños y jóvenes todos los 31 de octubre.
Desde
hace algunos años, comenzó en España y las Diócesis decidieron dar comienzo a "Holywins"
en pequeñas parroquias.
Los cristianos creemos en la resurrección de Jesús, es nuestra fiesta grande...¡la PASCUA! Y también creemos que resucitaremos con Él. Si nuestro Dios es un Dios de vivos, ¿por qué celebrar a Samhaim, que es un dios celta de muertos?
Cada noche del 31 de octubre, los seres que viven en
las tinieblas intentan aterrorizar a cuantos encuentran, pero sabemos quién
ganará la batalla final, así que, ¿en qué lado estarás tú, en el de los Hijos
de Dios, los Hijos de la Luz, o en el bando de los perdedores que pueblan la
oscuridad?